»

Ubicación actual:

Inicio | Archivos | Texto | Prensa | Fiesta Negra

Argentina Mode en InstagramActualizaciones del SitioArgentina Mode en InstagramArgentina Mode en TumblrArgentina Mode en Google+Argentina Mode en YoutubeArgentina Mode en TwitterArgentina Mode en Facebook

 


Fiesta Negra
Entrevista a: Nota general
Revista: Los Inrockoptibles
Por: Pascal Bertin
Fecha: Octubre de 2009

Sub-Navegación «
Recortes Periodísticos

Conferencias/Anuncios

Entrevistas

Galería de Imágenes

Radio

Lanzamientos

Video clips

Conciertos

Documentos

Exclusivas

Electronic Press Kits
Proyecciones - Tours

Versiones Bare

Presentaciones en TV

 

 

Imágenes

 

 

 

 

Transcripción


Fiesta Negra
A lo largo de treinta años agitados, Depeche Mode pasó del electropop de principios de los ochentas a convertirse en un monumento del rock y una influencia para el pop y buena parte de la escena electrónica actual. a propósito de su visita a la Argentina, Gahan, Gore y Fletcher revisan su carrera y revelan cuál es su secreto para regenerarse.


La historia del rock es un largo camino pavimentado de trampas y obstáculos. La mayoría de los artistas que prematuramente dejaron de circular no supieron ni pudieron encontrar un equilibrio indispensable. En casi treinta años de actividad, Depeche Mode parece haber hecho de sus desequilibrios una fuerza indestructible. Líderes de la generación inglesa de "raros peinados nuevos" que contribuyó al nacimiento del gel capilar de color a principios de los ochenta, sobrevivieron a la corrosión del tiempo, a las crisis, a las modas, a los cambios de formación y, sobre todo, a la emergencia de una generación dance y techno que habría podido despacharlos a un asilo para ancianos. Se impusieron como una de las principales bandas de nuestra época sin contaminar su mundo con rock de estadio, ni hacer pagar caro a los jóvenes electrónicos a los que inspiran ahora y siempre, y de los que siguen siendo un modelo, una referencia ineludible pese a la cincuentena bien cumplida, siempre en la cima de ese arte que supo cómo recrear las melodías de los Beatles con los instrumentos de Kraftwerk. Con discos de estudio en sus arcas, a casi treinta años de su formación, Depeche Mode no da siquiera la impresión de tener arrugas.
BASILDON BOYS
El extraño desequilibrio sobre el que Depeche Mode construyó su temible cadena de montaje para hits de acero inoxidable se remonta a sus primeros gritos infantiles en una ciudad que hace alarde de tener apenas más del doble de edad que la banda. Justo después de la Segunda Guerra Mundial, Basildon crece como un hongo alucinógeno a cuarenta kilómetros al este de Londres, ciudad de la que hoy en día son el único orgullo. Los miembros de la banda dieron ahí sus primeros pasos, del trío de base actual -el cantante David Ganan, el compositor y multiinstrumentista Martin Gore y el tecladista Andrew Fletcher- al miembro rubio fundador, Vince Clarke. "Basildon es una ciudad nueva construida después de la guerra para atraer a los habitantes del East End y del norte de Londres, donde los barrios habían sido destruidos por los bombardeos", cuenta Andrew Fletcher. "La idea era ofrecer una ciudad en la que las casas tuvieran verdaderos baños en el interior, jardines, y sobre todo trabajo. La música no era su punto fuerte, y la ciudad no tenía ninguna identidad. Sólo había algunos bares, más bien sórdidos. Pero crecer ahí fue divertido, amábamos el colegio y hacíamos mucho deporte." Martin Gore parece no añorarla: "Era una jungla de hormigón crecida en medio de la nada, el terreno ideal para la violencia. Su mayor logro es haber tenido durante cinco años seguidos la más alta tasa de criminalidad de Inglaterra". David Gahan lo confirma: "Basildon era una ciudad dura... Era difícil y peligroso ser diferente. Cuando el punk explotó, preferí irme un tiempo a Londres, donde viví de okupa cerca de King's Cross con unos amigos. Salíamos mucho a recitales, veíamos a Siouxsie & the Banshees, The Clash, Sex Pistols... A partir del 78, en los bares también tocaba Roxy Music, David Bowie, Kraftwerk, The Normal, Fad Gad-get... Siempre hay alguna manera de huir de tu ciudad, de tu vida, y para mí, unirme a una banda fue la oportunidad de partir". Nacido en una familia donde el padre al que adoraba era en realidad su padrastro (dato que conoció a la edad de diez años, cuando ese hombre desapareció), Gahan se transformaría en un pillo a la inglesa, príncipe del terreno baldío que se entrega al robo de autos y al graffiti salvaje, que prueba las anfetaminas y que da sus primeros pasos delante de un tribunal de menores. El descubrimiento del punk y la emergencia de la New wave dan finalmente un sentido a su existencia. En Basildon, Vince Clarke y Andrew Fletcher crean la banda No Romance in China, con una tal Sue Padgett que desaparecerá del mapa con la llegada de Martin Gore. Los tres chicos toman el nombre Composition of Sound y rápidamente Clarke vuelve a poner su guitarra en el placard mientras que Fletcher dice adiós a su bajo para adoptar los sintetizadores, con un Gore fiel a su teclado. De los grupos de los que participan en paralelo, éste es el que más promete. Es así que, una noche de 1980, el trío se cruza con el eslabón vocal fallante, Dave Gahan: "Yo cantaba en una banda, pero no llegábamos a gran cosa. Una noche en la que vagabundeábamos sin rumbo alguien empezó a tocar Heroes de Bowie. Agarré el micrófono y me puse a cantar. Al lado, Vince, Martin y Andrew me escucharon. Dos semanas más tarde, Vince me llamaba para proponerme que me uniera a su grupo como cantante". Depeche Mode nació teniendo como fuerza creativa a un Vince Clarke que compone el conjunto de las canciones y a veces incluso canta. Fascinado por el glam rock de Roxy Music o David Bowie, y por la variante New wave que ofrecen las primeras versiones de compatriotas como Magazine, Japan o Ultravox, el Depeche Mode naciente va, por su parte, a presentar una versión asexuada, teenage y pop del glam rock. Al lado de sus predecesores de la música sintética, Kraftwerk, Cabaret Voltaire, The Human League, Gary Numan, Fad Gadget o Throbbing Gris-tle, Depeche Mode parece haber comprado sus sintetizadores y sus cajas de ritmos en una confitería; es tanto su acercamiento azucarado y casi bubblegum, que deja el vanguardismo o lo experimental en manos de estos sabios locos de la electrónica.
MÁQUINA DE MONOPOLIZAR CHARTS
Amables organizadores de un club de vacaciones donde las olas de las melodías pop hacen surf sobre teclados negros y blancos, su look limpito y sus atmósferas melancólicas los hacen estar asociados a la escena neorromántica de principios de los ochenta, donde el lado arty de Japan o de Ultravox va junto a la veta más comercial de Spandau Ballet o Duran Duran. Descubiertos en un concierto por el empresario Stevo Pearce, aparecen en 1981 en la mítica compilación de su sello Some Bizzare que reunía entonces a la crema de la new techno pop: Soft Cell, Blancmange, The The o B-Movle. Sin embargo, los Depeche Mode van a consolidar una unión capital con otro artesano del disco. En 1979, Daniel Miller funda el sello Mute Records bajo el signo de una triple pasión por el krautrock alemán, el punk y el electro industrial. Bajo el nombre de The Normal, también graba algunos títulos de culto, como el frío Warm Leatherette, que Grace Jones retomará para titular uno de sus álbumes. "Como Miller, éramos fans de Kraftwerk y de Deutsche Ameríkanische Freundschaft, de quienes había editado el álbum Die Kleinen und die Bosen. Me acuerdo que nos había hecho escuchar el siguiente, Alies Ist Gut, andando en su auto en Londres. Sentimos una gran complicidad. Mientras que si te hubieras encontrado con Stevo a principios de los ochenta, habrías dudado mucho antes de firmar cualquier cosa con él", se ríe Fletcher. "También tuvimos buenas ofertas de grandes compañías discográficas, pero elegir a Daniel fue una de nuestras mejores decisiones, incluso cuando no tenía gran cosa para ofrecemos aparte de su sello, del que adorábamos la música." "¡Podríamos haber firmado con Stevo, pero teníamos más confianza en Daniel! Todavía somos amigos de él, mientras que las últimas novedades que tuve de Stevo fueron por un amigo que se peleó recientemente con él en un bar", agiega Gore. Es entonces con Mute Records, con una suerte de contrato equitativo -como proponía Tony Wilson a los artistas de Fac-tory-, que salen los primeros singles de la banda, Dreaming oí me, New Life y I Just Can 't Get Enough, que ya ponen en marcha la máquina infernal de encabezar los charts británicos, seguidos en 1981 por su primer álbum, Speak & Spell.
Mientras que la ola punk había arrasado con todo sólo cinco años antes, los cuatro Depeche parecen ser su perfecto contrario. Así, su minirrevolución sintética se construye como un enfrentamiento. "Por aquellos años, imponer nuestra idea de música electrónica era un combate con los periodistas, fueran ingleses o estadounidenses. ¡Los españoles nos odiaban! En una conferencia de prensa en Madrid nos preguntaron: '¿Pero, por qué existen? Tres años más tarde, éramos número i", cuenta Andrew Fletcher. Lejos del nihilismo punk tonto y malo, cantan un universo configurado a base de romances amorosos y melancolía urbana enfundados en su vestimenta de empleados de banco y con finas corbatas en camisas apretadas, ahí donde el punk señalaba con arrogancia su desaliño. Aquellas corbatas servían tanto de noche como de día, para tomar, con la cabeza gacha, el camino a la oficina en Basildon: Fletcher trabajaba como empleado en una compañía de seguros, y Gore en un banco. "En los comienzos, Daniel Müler no tenia medios para pagamos. Tuvimos que continuar trabajando y volver al trabajo al día siguiente de nuestro primer paso por Top of the Pops" sonríe Fletcher. El éxito del álbum va a permitirle a la banda y al sello pasar a un estadio más profesional, aun sin haber seducido de entrada a un público rockero que les da cor-dialmente la espalda. Buscando manejarlo a su antojo, uno de los miembros clave del grupo abandona prematuramente el asunto.
En desacuerdo con la línea musical y asustado por las proporciones que la banda toma luego de la gira y la promoción del primer álbum, Vince Clarke se baja en noviembre del 81, y deja a los otros tres en una profunda incertidumbre, aunque es rápidamente remplazado por un Alan Wilder reclutado por medio de un pequeño anuncio. "Nuestro primer álbum era muy Vince Clarke", reconoce Dave Gahan. "Escribió la mayoría de las canciones. Pero nuestra fuerza estaba en ser capaces de tocar fácilmente con máquinas, mientras que no éramos muy buenos detrás de las guitarras. Podíamos producir canciones pop rápidamente para los conciertos con solo enchufar nuestros sintetizadores." Martin Gore se impone, a partir de ahí, como el cocinero en jefe de la confitería Depeche Mode.
BERLÍN, LA REVELACIÓN
El segundo álbum, A Broken Frame, le sirve a la banda como entrenamiento para afirmar su personalidad musical, mientras que toman definitivamente las riendas en el siguiente, Construction TimeAgain, ambos marcados por un progreso en el éxito comercial, pero sobre todo por un alejamiento de la huella dance y techno pop de Vince Clarke. La banda pasa a estar sobriamente marcada por la personalidad de Gore, personaje introvertido y de un humor melancólico, incluso pesimista. Trueca su vestimenta de agente de la bolsa por el conjunto de ropa SM con exceso de cuero negro (del pantalón a la pollera de la que se haría aficionado), cinturones con tachas y accesorios bondage. Con la lectura del libro de Martin L. Gore, Lays, una decena de temas vuelven regularmente a acosar su pluma: el amor, la religión, el pecado, la inmoralidad, el deseo, la dominación, el incesto, el bien, el mal... Frente a esta enumeración, Martin Gore se ríe, molesto: "Podemos tomar los temas de esta lista uno por uno, ¡creo que cada uno va a corresponderse con una de las pistas del último álbum!" A esta búsqueda incesante de engranajes complejos del alma humana, Martin Gore agrega una onza de conciencia política que toma la forma de una crítica -a veces ingenua- a la sociedad capitalista. La banda guiña el ojo a la imaginería industrial, tal como la tomaron prestada los pioneros de la música sintética del constructivismo, con un homenaje al socialismo en la caja del CD Construction Time Again, en el momento en el que la conservadora Maggie Tatcher cubría de liberalismo al Reino Unido. Al instalarse hacia 1985 en Berlín, Martin Gore descubre una ciudad cuyo muro todavía no cayó y le sirve para dejar pasar la explosión techno. "Berlín fue importante para crecer, porque cuando fuimos era también la primera vez que salíamos de Inglaterra, y la ciudad era un lugar extraño de desenfreno, lleno de artistas interesantes pero también muy raros. Blixa Bargeld de Einstürzende Neubauten trabajaba con Daniel Miller, venía al estudio vestido de cura, se sentaba y se quedaba horas sin decir nada. Éramos jóvenes, un poco ingenuos, y nos hacía sentir incómodos. Ahora lo echaríamos afuera, pero en ese entonces nos daba miedo...", sonríe hoy Andrew Fletcher. "Muchas personas dan demasiada importancia al hecho de que hayamos grabado Construction Time Again en Berlín. La mitad del álbum había sido grabada en Londres. Black Celebration estuvo más influenciado por la ciudad porque yo vivía ahí en esa época y el contenido de las canciones está impregnado de eso. La ciudad inspiró directamente su concepto", precisa Gore.
A LA CONQUISTA DE LOS ESTADOS UNIDOS
Mientras Blixa Bargeld da escalofríos a los chicos de Depeche Mode, el acercamiento industrial y ruidoso de Berlín cae bien a los oídos de Martin Gore. Se dedica a los samplers y al Synclavier, instrumentos que le permiten recoger muestras de sonidos metálicos, plasmados a partir de Construction Time Again. En paralelo, vampiriza la totalidad de los textos del grupo, y canta algunos temas con una voz más débil y más frágil que la de David Ganan, con una presencia que culmina en Black Celebration en 1986. Pionero de una generación electropop dotada de nuevas armas para una invasión sin precedentes en los charts ingleses desde el beat británico, Depeche Mode asciende al final de los ochenta un escalón suplementario. El éxito no va a dejar de aumentar hasta el álbum Muslc for the Masses, que hace de la banda una potencia de fuego internacional que ignoraría las barreras. Incluso los Estados Unidos, cuyo proteccionismo del rock generalmente rechazó a las olas electropop de Europa, van a terminar cediendo a partir de las brechas abiertas con el hit People are People. "Frente a nosotros, los Estados Unidos eran solamente una tierra de fans de Bruce Springsteen. ¡La sección electrónica en una disquería estaba perdida en una esquina!", se acuerda Gore. Esta conquista corresponde a una evolución en la alquimia musical del grupo. "En el origen, Andy tocaba el bajo, Vince la guitarra y yo era el único que tocaba el sintetizador", recuerda Gore. "Todos tocábamos la guitarra, pero extrañamente éramos guitarristas frustrados. Habíamos decidido volvemos un grupo electrónico y no tocar más una guitarra durante los primeros siete años de nuestra carrera. Solamente en Music for the Masses tienen una aparición discreta. Y con Violator, trabajando con el productor Flood, abrimos ¡os armarios de las guitarras, utilizamos todos los instrumentos posibles." Al adoptar las guitarras que habían rechazado en sus principios, se opera la mutación. La banda deja su apariencia pop y melosa a grupos como A-Ha o Alphaville para devenir un monstruo del rock en el sentido en que los estadounidenses lo entienden, de Marilyn Manson a Nirvana pasando por U2, Nine Inch Nails o Bruce Springsteen: una banda que deja atrás toda contingencia musical en un país que relega la música electrónica al underground. El nuevo Depeche Mode aprecia a veces el blues o el gos-pel, como en IFeel You, canción que tutea al fantasma del rock estadounidense y que se encarga de poner en imágenes el fotógrafo Antón Corbijn en varios clips o sesiones de fotos. Incluso el célebre documentalista D. A. Pennebaker (Montereypop, Don "tLookBack con Bob Dylan, Woodstock o Ziggy Stardust con David Bowie) inmortaliza en la película 101 su gira norteamericana de 1988. Ahora que Depeche Mode recuperó al rock, es el rock el que lo va a recuperar. Los años noventa empiezan con el triunfal Violator, álbum de la pérdida de su virginal inocencia y del nacimiento de la presión que recae sobre los grandes de este mundo. El período se corresponde con todos los excesos, las giras interminables, los egos que se hunden, el control que se escapa y que ya había llevado a lan Curtís al suicidio, como lo filmará más tarde el propio Corbijn. En los Estados Unidos, donde Martin Gore y Dave Gahan eligieron establecerse, Nirvana instala el rock alternativo en los estantes de los supermercados. Sin ser amenazados, los ingleses ven llegar a partir de ese momento a gigantes metálicos corno Nine Inch Nails, de los que podrían reivindicar su paternidad. Algunos les rendirán homenaje, como cuando Rammstein retomará Stripped, Marilyn Manson quemará en el infierno su Personal Jesús, e incluso cuando los Smashing Pumpkins honrarán Never Let Me Down Again. En Los Ángeles, una sesión de dedicatorias de Violator se convierte en motín cuando 20.000 fans se empujan para pelear por un autógrafo. Persuadido de que el camino ideal de un rock star debe pasar por la autodes-trucción, Dave Gahan se hunde en la heroína hasta el punto del no retorno: una tentativa de suicidio, y luego una sobredosis en mayo del 96 en una habitación del hotel Sunset Marquis de Hollywood en la que estaba refugiado por miedo a morir en su casa. Gracias a su familia, Gahan logra hacer una cura de desintoxicación. Entre tanto, tatuado y con el pelo largo, graba en 1993 el álbum Songs ofFaith and Devotion, donde las guitarras reafirman su vuelta con todo, y por si fuera poco, incluye coros gospel y un cuarteto de cuerdas, todo orquestado por un Alan Wilder que asume un lugar preponderante en la alquimia sonora. Sin embargo, la falta de reconocimiento de los otros integrantes del grupo y la atmósfera nociva que producen las drogas llevan a Wilder a abandonar definitivamente la banda para consagrarse a su proyecto Recoil.
EXPLOSIÓN DE LA ESCENA ELECTRO
Los años noventa ven la explosión de la música electrónica bajo todas sus formas, desde la techno de Detroit a la house de Chicago, pasando por el acid y la electrónica británica o el french touch. Como siempre desde sus comienzos, Gore, Fletcher y Gahan vigilan estas revoluciones con un oído atento. La banda, que será desde ese momento un trio, va a rodearse de los mejores: el acid house Tim Simenon de Bomb the Bass para Ultra (1997), el techno Mark Bell de LFO en Exciter (2001), sin olvidar al legendario Fren-chie Francois K que había participado en la grabación de Violator junto con Flood. Para todos aquellos que no podían ver en Depeche Mode nada más que una mantis religiosa oportunista, Gore y Fletcher aseguran comportarse como apasionados. "Intentamos atrapar a los productores antes de que sean conocidos", precisa Gore. "Trabajar con diferentes productores, programadores e ingenieros no hizo más que aumentar la apuesta del lado del sonido, de las ideas... Jamás nos ¡imitamos a un lugar, y lo mismo pasa con mis dos álbumes como solista realizados por fuera de toda la seguridad de Depeche Mode", agrega Gahan. Sabiendo crecer de manera inteligente con el techno, Depeche Mode continúa siendo un modelo a prueba de balas de los jóvenes y de las arrugas del tiempo. Así, en esta década que termina, la banda encontró un nuevo equilibrio modificando el centro de gravedad creativo que pendía fuertemente de Martin Gore desde los comienzos, hecho único en el mundo del pop rock en el que los gigantes suelen organizarse a partir de un par antagonista y complementario de genios a la Lennon/McCartney o Jagger/Richards. Con sus dos discos como solista de 2003 y 2007, y sobre todo con un grito en forma de ultimátum lanzado a la banda, Dave Gahan finalmente accede a mostrar sus cuadernos de textos y a lanzarse a la composición. Logra poner su firma en Playing the Angel (2005), disco del cual Suffer Well es el primer single de la banda que no pertenece a Martin Gore desde la partida de Vince Clarke. Luego de haber empleado casi treinta años en tratar de que acepten sus canciones, Gahan incrementa su participación en Sounds oí the Universe con tres títulos, Hole to Peed, Come Back y sobre todo Miles Away, una de sus cumbres. "Escribí ese texto muy rápido. Un día, un amigo que tenía problemas en Nueva York me ¡lamo para hablar. Nos sentamos y enseguida me di cuenta de queme decía cualquier cosa. Veía en sus ojos que él no estaba ahí. Luego, me pregunté: ¿hasta dónde puede uno alejarse de sí mismo? ¿Cómo se puede vivir estando tan lejos de sí? Empecé a pensar en los cambios en el mundo, en lo que iba a pasar en los Estados Unidos en ese momento, en las elecciones, en los cambios en curso... "Aunque haya producido estas pistas con los colaboradores de sus álbumes como solista, el baterista Christian Eigner y el programador Andrew Phillpott, Gahan confirma la nueva coherencia encontrada por el trío Depeche Mode, de la que Fletcher se alegra: "Es notable cómo Dave cambió con sus discos como solista. Antes cantaba los textos de Martin, pero se sentía un poco frustrado. Como solista tomó confianza en su escritura y, de golpe, el ambiente es mejor en el grupo". Gahan también encontró un equilibrio en los temas: "Mis canciones como solista son más personales e introspectivas que las de Depeche Mode. Tengo la impresión de salir de mí mismo, de escribir esas historias sobre un personaje. Y ese personaje probablemente sea yo. A veces mis reacciones me llevan a momentos muy destructivos. Y escribir se vuelve entonces una necesidad. Yo reacciono mucho, en particular a una caída. Pero aprendo también a tomar descansos, y escribir me ayuda." El single Wrong, ese antihit sobre el antihéroe del sueño americano, es la prueba de la complicidad que reina. "El texto de Martin es muy gracioso, incluso si las personas pasan por alto su humor. Me di cuenta desde que la leí. Me encantó el ritmo, escuche la canción incluso antes de leer el texto. Conocía entonces la dirección que Martin iba a tomar desde un punto de vista rítmico, hay un verdadero feeling R&B", subraya un Gahan listo otra vez a embarcarse en una impresionante gira mundial de estadios, la que lo trae por estos días a la Argentina. Los Estados Unidos les rindieron el más bello de los homenajes en la voz de Johnny Cash, que les legó una versión conmovedora de Personal Jesús antes de desaparecer, y que, sobre todo, demostró que sobre los huesos de las canciones de Depeche Mode podían también correr el sudor y la sangre de los pioneros del country. "La música sólo me interesa si tiene una voz en la que puedo creer... Nick Cave, Johnny Cash, Billie Holiday, PJ Harvey, David Bowie, Iggy Pop... Estas son las voces en las que creo", lanzó Gahan. Para aquellos que no lo habían notado, la página electropop ya se dio vuelta hace unos veinte años. Con U2 hundiéndose en una ridicula autocaricatura pomposa, Depeche Mode pelea firme por ser hoy la banda de rock más grande en actividad.
En vivo el sábado 17 en el Club Ciudad de Buenos Aires.

 

 

 
 

Todos Los Derechos Reservados © 2005 | Home

Webmaster | Créditos | Arriba